La cuestión del veganismo no solo abarca el universo de la comida, que no es poco. Cuando elegimos un estilo de vida, y concretamente nos decantamos por el vegano, nuestras acciones se extienden más allá de la alimentación. Si queremos ser veganos y, además militantes lógicos, debemos tener en cuenta el resto de parcelas de nuestra vida.

¿Cómo podríamos considerar lógico que una vegana convencida en cuanto a su dieta, en lo más crudo del invierno llevara un abrigo de visón encima? Del mismo modo, en el veganismo subyacen otras muchas actitudes ante la vida, como por ejemplo, la necesidad de reducir nuestra huella, minimizar el consumismo o de evitar comprar alimentos para cuya producción o fabricación no se esté dañando el hábitat de los animales. Estamos pensando en el archiconocido aceite de palma, cuya obtención daña muy seriamente la población de orangutanes, entre otros animales y especies vegetales.

Uno de los ámbitos sobre el que también debemos aplicar una buena pátina de coherencia es la decoración del hogar. ¿Sabías que está en tu mano procurar que esta sea una decoración cien por cien vegana? Veamos en qué debes fijarte para conseguirlo.

Decoración vegana: los materiales, de origen vegetal

Si quieres optar por una decoración vegana es fundamental que tengas clara una premisa: ninguno de los animales debe tener una procedencia animal. ¿Por qué tipo de materiales podemos optar? Pues aquí tienes algunos ejemplos:

• Algodón orgánico para la ropa de cama, cortinas o cojines: huye de la seda, la lana y el cuero
• Corcho: puedes encontrarlo en mobiliario sostenible y otros accesorios para el hogar
• Bambú: aunque no te lo parezca, también es un material estupendo para muebles y otros objetos decorativos

Pieles y cueros, cuanto más lejos mejor

Una decoración vegana es radicalmente incompatible con el uso de pieles y cueros de origen animal. Si vas a elegir materiales que imiten estos tejidos, asegúrate de que tienen un origen sintético o vegetal. De todos modos, nuestra recomendación es la de apostar, siempre y en la medida de lo posible, por materiales naturales.

Productos que no estén testados en animales

El uso de animales para la experimentación y otros fines científicos es un verdadero drama de alcance mundial. En España, la cifra de animales usados para este fin se incrementó casi un 70 % en 2021, debido principalmente al aumento de la experimentación con peces. Son los últimos datos oficiales que tenemos sobre la mesa, publicados por el propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Las pinturas, barnices y otros productos usados para la decoración del hogar pueden formar parte de la amplísima lista de químicos que se prueban en animales. Por eso sería interesante que siempre que compres un producto, te fijes en si tiene el sello CRUELTY FREE o NO TESTADO EN ANIMALES, habitualmente acompañado por el icono de un conejo.

Comprueba que las alfombras, cojines, mantas y otros textiles no hayan pasado por procesos químicos (tintes, tratamientos químicos…) nocivos para los animales.

Decoración natural y vegana: deja a cada animal en su sitio

Revisa que todos los utensilios que tienes en la cocina están hechos de acero inoxidable, madera o vidrio. Son aceptados materiales veganos, en general, pero nunca piezas hechas con huesos, marfil u otros productos de origen animal.

Asimismo, debes dejar las conchas en su sitio (son parte del ecosistema marino) y no llevarte nunca a casa estrellas de mar, trozos de coral, piezas de caparazones de tortugas de Carey y otros elementos similares.

Si quieres decorar con elementos naturales, opta por las plantas y asegúrate de que en tu jardín proliferen las autóctonas. De este modo, estarás contribuyendo a hacer más sólido nuestro sistema y mejorarás la vida de las abejas y de otros animales en peligro.