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¿Qué es una comunidad de bienes y para qué sirve al comprar casa?

Lo más habitual es que a la hora de comprar una vivienda lo hagamos individualmente o en pareja. Sin embargo, hay muchas personas que se plantean la opción de crear una comunidad de bienes, que es una figura legal que implica la copropiedad de un inmueble, ya sea entre dos o más personas. Esto ya podía hacerse antes, pero ahora que han surgido nuevos modelos habitaciones, como el coliving, el cohousing, el flex living o senior living es mucho más habitual que nos planteemos figuras como la comunidad de bienes. Cuando hablamos de comprar casa, debemos referirnos al hecho de que varias personas compartan la propiedad y todas aquellas responsabilidades que vienen asociadas al inmueble. Desde el momento de la compra hasta la gestión cotidiana de impuestos, reformas y otras responsabilidades que tengan que ver con la propiedad.

Como no podía ser de otra forma, una comunidad de bienes se rige por una regulación, que en este caso es el Código Civil en su artículo 392. En este se define una comunidad de bienes por: una forma de organización en la que dos o más personas se unen para poner en común bienes, derechos o servicios con el objetivo de realizar una actividad económica y obtener beneficios. De esto se deduce lo que decíamos en un principio: que cada miembro de la comunidad tiene un serie de derechos y obligaciones sobre la propiedad en cuestión.

Ahora que ya sabemos qué es una comunidad de bienes, veamos para qué sirve y cómo se crea a la hora de comprar casa.

¿Qué es una comunidad de bienes y para qué sirve al comprar casa?

¿Para qué sirve una comunidad de bienes a la hora de comprar casa?

Es cierto que la comunidad de bienes exige una cooperación entre personas, empresas o sociedades. Por tanto, la fórmula puede resultar muy útil cuando varias personas quieren adquirir una propiedad, pero no pueden hacerlo individualmente. Por tanto, tiene interesantes ventajas para compartir los gastos de la compra y, por supuesto, del mantenimiento. Esto puede hacer que la operación sea mucho más asequible para cada uno de los miembros de la comunidad de bienes.

Hay otra cuestión que tiene que ver con la rentabilidad de las inversiones al hacer inversiones conjuntas. Y es que la estructura legal permite la participación de cada individuo en la propiedad y las ganancias asociadas. Esto también facilita la compra a parejas o familias que quieran realizar la gestión compartida de una sociedad y, por supuesto, es una gran ventaja a la hora de comprar segundas residencias, si no tenemos la solvencia económica suficiente como para adquirir una segunda vivienda. Si así lo elegimos, gestionar esta segunda vivienda puede ser fácil y productivo, si nos ponemos de acuerdo para alquilarla y dividir ingresos o usarla de manera compartida en base a una serie de acuerdos de tiempo y forma que hayamos establecido previamente. A poder ser a través de un contrato legal.

  1. ¿Cómo se crea una comunidad de bienes?

A la hora de crear una comunidad de bienes hay que hacerlo por escrito, lógicamente, a través de un acuerdo que firmarán los copropietarios. En este se deben detallar los derechos y responsabilidades de cada miembro, además de todas aquellas decisiones que podrán o no tomarse cuando la comunidad de bienes esté formalizada. El contrato en cuestión, que como hemos indicado estará regulado por el Código Civil, debería incluir: 

  • Identificación de las partes que forman la comunidad de bienes con nombre, apellidos y DNI
  • El porcentaje de aportación de cada uno de los integrantes
  • El porcentaje de participación en pérdidas y ganancias
  • La fecha de inicio de la actividad de la comunidad de bienes
  • El nombre que tendrá la nueva comunidad de bienes
  • El domicilio de la comunidad de bienes
  • El uso de los elementos comunes
  • El sistema de administración
  • Cualquier cláusula que hayan pactado los socios (duración, disolución, transmisión, etcétera).
  1. Esta comunidad tendrá que registrarse en el Registro de la Propiedad, presentando toda la documentación. Además, sus miembros tendrán que haber nombrado a un administrador, especialmente si van a realizar alguna actividad sobre el bien adquirido (nos referimos, por ejemplo, al alquiler de una casa y al reparto de ganancias, pero también a la gestión diaria de la propiedad). Y es que será este el que realice la recaudación de fondos y tome decisiones ancladas a la cotidianidad. 

¿Cuándo puede ser interesante formarla?

No siempre es conveniente crear una comunidad de bienes, pero sí existen algunas situaciones en las que puede ser recomendable. Por ejemplo, cuando se realiza una compra en grupo entre amigos, familiares que tienen la intención de adquirir una propiedad conjunta. También tenemos que hablar de inversiones compartidas, en aquellos casos en los que se quiera aprovechar las ventajas de la comunidad de bienes para compartir costes y riesgos. Y luego están aquellos casos de parejas que no están casadas legalmente, pero quieren comprar una casa.

El hecho de crear una comunidad de bienes les puede ayudar a establecer debidamente cuáles son los derechos y responsabilidades compartidas. Y tal como hemos dicho más arriba: esta es una buena fórmula para aquellos que quieran compartir el uso de una segunda residencia (un apartamento como segunda residencia o una casa de vacaciones), puesto que la comunidad de bienes es ideal para la gestión colaborativa.

¿Cuándo puede ser interesante formar una comunidad de bienes?

Ventajas y desventajas de crear una comunidad de bienes

Las ventajas de comprar casa a través de una comunidad de bienes tienen que ver con: 

  • El reparto de costes: porque la carga financiera se reparte entre los miembros de la propiedad y esto facilita sobremanera la adquisición de viviendas
  • La participación equitativa: de cada uno de los miembros, de una manera más clara y proporcional
  • La inversión conjunta: que queda facilitada gracias a que varias personas pueden invertir, sin necesidad de asumir las obligaciones de tener una propiedad completa

Pero una comunidad de bienes también puede representar desventajas, como por ejemplo:

  • Que surjan conflictos y discrepancias en la gestión o toma de decisiones entre miembros de la comunidad de bienes
  • Que se produzcan tensiones por las responsabilidades financieras y de mantenimiento de las personas, si no han quedado bien acotados
  • Los miembros suelen tener un control compartido y, por tanto, pueden surgir ciertos desencuentros
  • Si hay que disolver la comunidad de bienes y no hay acuerdo entre los miembros, el conflicto puede derivar en una disputa legal

Por tanto, esta fórmula puede resultar muy beneficiosa en determinadas situaciones o para determinados grupos de personas. Y es que se trata de una manera flexible y colaborativa que permite la adquisición y la gestión de propiedades. Sin embargo, es fundamental que todos los miembros que forman parte de dicha comunidad tengan claras cuáles son sus obligaciones y responsabilidades y compartan acuerdos claros para abordar los desafíos que puedan surgir a la hora de compartir algo tan relevante como es una propiedad.

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