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¿Qué tipos de contratos de alquiler de viviendas existen?

A la hora de alquilar una vivienda se hace imprescindible la firma de un contrato de alquiler. No porque sea obligatorio, pero sí porque puede resolver buena parte de los problemas y contratiempos que suelen darse cuando un propietario alquila su vivienda y viceversa. Son inevitables: forman parte de la normalidad.

Si tienes previsto alquilar una vivienda, tanto si eres propietario como inquilino, debes saber que existen distintos tipos de contratos de alquiler. Porque no es lo mismo tener alquilada una habitación, que disfrutar del alquiler de un piso completo por un año o hacerlo por cinco años, que es el período más largo que por ahora establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

En este artículo vamos a ayudarte a conocer qué tipos de contratos de alquiler de viviendas existen ajustados a la normativa vigente.

  • El contrato de alquiler de una vivienda habitual
  • El contrato de alquiler de una habitación
  • El contrato de alquiler con opción a compra
  • Otros contratos de alquiler: viviendas de uso turístico
¿Qué tipos de contratos de alquiler de viviendas existen?

Los contratos de alquiler para una vivienda habitual

Veamos, en primera instancia, el contrato que podríamos considerar más común. Se trata del contrato de alquiler de una vivienda habitual, que como su propio nombre indica, se trata de un documento que regula el uso habitacional habitual. En este se especifica la duración del contrato, con un plazo inicial de un año, ampliable a cinco años (en el caso de persona física) o a siete años (si es persona jurídica), según la LAU. Por tanto, ha de indicarse la fecha de inicio y finalización.

Este mismo contrato ha de incluir información sobre la fianza (un mes de renta o dos meses, si se establecen garantías complementarias) y, por supuesto, la renta mensual a pagar. En este mismo contrato se puede añadir el inventario de la vivienda (mobiliario, electrodomésticos, utensilios, herramientas…) y los derechos y deberes, tanto del inquilino como del propietario.

Los contratos de alquiler de una habitación

También debe ser considerado como contrato de alquiler de una vivienda, pero se trata de una modalidad específica, que quedará indicada en el mismo documento. Se trata de un contrato de alquiler que se realiza cuando el alquilado hace uso de una habitación y de aquellas zonas comunes (cocina, baño, salón…) que se hayan estipulado. Estaríamos hablando, en definitiva, de compartir piso.

En este debe indicarse el tiempo en que podrá permanecer el inquilino en la vivienda, así como la contribución que vaya a realizar a los gastos comunes y la cuota mensual a pagar por el alquiler, tal y como detalla el artículo 1.554 y siguientes del Código Civil.

¿Qué tipos de contratos de alquiler de viviendas existen?

El contrato de alquiler con opción a compra

En este punto también es necesario mencionar el contrato de alquiler con opción a compra, que es una modalidad que tiene unas características o particularidades específicas y está regulada por la  Ley de Arrendamientos Urbanos y la Ley Hipotecaria. Este es un contrato muy interesante para aquellas personas que quieren comprar una vivienda, pero que no tienen ahorrado el 20 % que suele ser necesario para la entrada.

En este tipo de contratos, además de regular las condiciones del alquiler, se establecen las condiciones del contrato de compraventa, indicando lo siguiente:

  • El precio total de la vivienda: imprescindible para formalizar la compra
  • El importe de la renta mensual de alquiler: mientras no se compre la vivienda
  • La cantidad a abonar por la vivienda: con la resta de lo pagado en concepto de alquiler
  • La fianza que debe pagar al principio del contrato: y que perderá si finalmente no accede a la compra

Otros tipos de contratos de alquiler: viviendas de uso turístico

Hay otro contrato de alquiler que debemos contemplar y es el que regula el alquiler vacacional o las viviendas de uso turístico, también regulado por la LAU. Y es que, aunque se trate de un contrato temporal, debe formalizarse un documento en el que se regulen los derechos y obligaciones, tanto de los inquilinos, en este caso huéspedes, como de los propietarios.

Un contrato de alquiler para una vivienda de uso turístico debe incluir esta información básica:

  • Información sobre la vivienda y la propiedad: así como del inquilino o inquilinos
  • Duración del contrato: y por tanto, de la estancia en la vivienda
  • Precio del alquiler: indicando cualquier extra, como por ejemplo sábanas, limpieza, lavandería…
  • Fianza a depositar: con el importe exacto y las condiciones que deben darse para su devolución

Además, en el contrato deben especificarse otras cuestiones prácticas, como las normas, los horarios de entrada y salida y cualquier otro detalle sobre servicios y condiciones que ambas partes deban tener en cuenta.

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