Llega el verano y comenzamos con los preparativos. Que si decorar las terrazas, que si buscar apartamentos para veranear… El toque de inicio definitivo son, qué duda cabe, las fiestas de San Juan. La noche más corta y mágica del año es una velada para la celebración y como parte prácticamente indivisible de esta, tenemos los fuegos artificiales. En las verbenas, y especialmente en Cataluña, además de fuegos artificiales, se suelen tirar petardos, que son grandes generadores de ruido por definición.
Según Ética Animal, una organización que trabaja para aportar información y promover el debate sobre ética animal, la pirotecnia en general es una práctica que se lleva a cabo con fines recreativos para los humanos, pero que puede dañar a los animales mantenidos como compañía y, no hay que olvidarlo, a los que también están a nuestro alrededor, tanto en granjas como en libertad. Los perros que viven en casas, de hecho, suelen ser unos de los más grandes afectados.
¿Por qué los fuegos artificiales afectan a los perros y a otros animales?
En primer lugar, hay que considerar la fisiología de los animales. Muchos animales tienen un oído infinitamente más sensible que el de los humanos, de modo que además de perturbar su tranquilidad, el estruendo de los petardos puede llegar a afectar gravemente a su capacidad auditiva. Para que te hagas una idea, los petardos pueden emitir sonidos de hasta 190 decibelios, que son 115 decibelios más que los 75, que es el umbral que ya puede resultar dañino para el oído humano. Son peores que los disparos y que algunos aviones de reacción, como bien indican desde Ética Animal.
Si ponemos en la lupa en la afectación que estas explosiones tienen para el oído de los animales, veremos que además de provocar molestias, pueden generar pérdida auditiva y tinnitus. De hecho, tal y como recuerdan desde la organización, es muy habitual que los perros utilizados para la caza experimenten pérdidas de audición irreversibles, al estar expuestos durante mucho tiempo al ruido de los disparos.
Los perros pueden llegar a oír hasta los 60.000hz, nada que ver con la capacidad del oído humano, que no escucha nada a partir de 20.000hz. De este modo, quizá te resulte más fácil comprender que, si para los humanos la sonoridad de los petardos es intensa e incluso molesta, para los perros pueda resultar un verdadero infierno. Aunque la afectación no es únicamente auditiva. Debido a la intensidad de las explosiones, los perros pueden manifestar otros síntomas, todos ellos relacionados con la ansiedad y el estrés:
- Salivación
- Taquicardia
- Temblores
- Micción y/o defecación
- Trastornos gastrointestinales
Este malestar, además, suele desembocar en conductas incontroladas para escapar. Esto puede hacer que rompan persianas, arañen y muerdan puertas y cualquier otro obstáculo que encuentren por el camino para poder dirigirse a un lugar en el que sentirse a salvo. Y es este, precisamente, el motivo de este artículo.
¿Cómo crear un espacio en casa para proteger a tu perro del ruido de los fuegos artificiales?
Cada vez son más las personas que han tomado conciencia de la necesidad de respetar y proteger a los animales y a las personas que son sensibles a estos ruidos. De ahí que se organicen verbenas sin petardos o que prolifere la pirotecnia sin ruido, que es una buena solución a este problema. No obstante, los petardos y los fuegos artificiales no están prohibidos y seguirá habiendo gente que decida celebrar San Juan de esta forma. Por tanto, vamos a darte algunas soluciones para amortiguar los efectos del ruido para tu perro.
1. Lo primero y más importante: habla con tu veterinario de referencia
Es muy importante que pidas asesoramiento a tu veterinario para, en los días previos a San Juan, tener claro qué hacer. Él conoce más que nadie a tu perro y puede proporcionarte instrucciones claras sobre cómo actuar de acuerdo con su raza, edad y particularidades de comportamiento.
También es posible que, dependiendo del nivel de estrés que experimente el animal, pueda recetarle tranquilizantes o somníferos para que pase la noche lo más relajado posible. No obstante, y como es lógico, esta prescripción solo puede hacerla y adaptarla un veterinario.
2. Acompaña y comprende a tu perro
Proporcionarle caricias puede ser, en algunos casos, contraproducente. Puede llegar a interpretar que estamos premiándole y reforzaremos su comportamiento. Por tanto, lo más importante en estos casos es comprender su nivel de estrés y facilitar su bienestar. Una buena opción es acompañarle y distraerle, de modo que cuando se haya evadido del ruido de fuera, podemos intentar jugar o darle alguna caricia.
Lo que no hay que hacer bajo ningún concepto es forzarlo o exponerlo a la situación que está generando estrés. Es decir, de nada servirá que lo llevemos a pasear si están tirando petardos abajo. De hecho, si no lo llevas atado, podría marcharse y escapar hasta que no escuche el ruido de los petardos. Es una conducta de lo más natural, que responde a la evitación.
3. Prepara un lugar seguro para tu perro
Evidentemente, nunca hay que dejar al perro en exteriores (balcón, terraza o jardín). Lo que debemos hacer es proporcionar al animal un lugar seguro y lo más aislado posible de los estruendos externos, no importa si tú y tu perro vivís en un piso de compra o de alquiler. Lo primero es buscar la habitación más tranquila de la casa: la que esté lo más alejada posible del exterior. Un buen lugar son los baños y cualquier otro espacio que tenga baldosas, porque amortiguan mucho mejor el sonido de fuera.
No obstante, lo que debemos priorizar, ante todo, es que el espacio sea agradable y el perro esté acostumbrado a estar en él. Es decir, en los días previos a la noche D, deberías dejar ahí sus cosas: su camita y algunos de sus juguetes, para que vaya haciéndose con el espacio. Pronto comprenderá que ese es un buen refugio. También puedes usar un aparato de radio con música relajante o ruido blanco para camuflar el ruido de fuera. Resumiendo, el paso a paso que debes seguir es:
- Buscar un lugar seguro en casa, que sea tranquilo y donde se perciba menos el ruido del exterior
- Deja en este espacio su cama y cualquier otro objeto que sea su favorito
- Cierra ventanas y baja persianas para silenciar al máximo el exterior
- Busca un aparato de radio o música para crear una atmósfera relajante
- No prestes atención a sus conductas de miedo o sorpresa: actúa con normalidad para ofrecerle seguridad
Y no olvides llamar siempre al veterinario para obtener consejos profesionales de primera mano.