El contrato de arras es un documento que se firma antes de formalizar la compraventa de una vivienda. A través de este, el comprador entrega un adelanto económico del precio de la vivienda, asegurándose así de que el vendedor reservará la propiedad. Pero, ¿qué ocurre si después de firmar el contrato de arras, el banco no te concede la hipoteca? ¿Perderás el dinero o todavía podrás recuperarlo?

Si vas a firmar un contrato de arras, atento a esta cuestión. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta formula de reserva de vivienda y qué sucede si firmas unas arras y te deniegan el préstamo hipotecario.

¿Qué es un contrato de arras?

En primer lugar, vamos a definir qué es un contrato de arras y para qué sirve. Se trata de un documento de carácter privado que firman el comprador y el vendedor de una vivienda. A través de esta especie de contrato, el comprador se asegura de que el vendedor reserva la vivienda para él y el vendedor obtiene una paga y señal por el inmueble que quiere vender. Así pues, el contrato de arras es una fórmula para evitar que alguna de las dos partes se eche atrás antes de la firma de la escritura ante notario.

En cualquier caso, debes saber que este no es un documento obligatorio. Es decir, las partes pueden convenir la compraventa de una vivienda, ponerse de acuerdo y firmar ante notario sin necesidad de haber firmado un contrato de arras. Lo que sí debes saber es que el contrato en cuestión tiene toda la validez legal. En este deben recogerse todos los datos necesarios para la compraventa, incluido el precio y las condiciones de la transacción, así como la fecha de firma de escritura.

¿Cómo hay que pagar el importe del contrato de arras?

Lo más habitual es que se realice un primer pago en el momento en el que se firma el contrato de arras. El segundo pago se realiza con la firma de la compraventa ante notario, unos dos meses después de haber firmado las arras. Es el tiempo que más o menos transcurrirá desde que se solicita la hipoteca, se formaliza y se abonan los gastos asociados.

En cuanto a la cantidad, no hay un mínimo o máximo establecido por ley. Lo más habitual es que se abone un pequeño porcentaje del valor del inmueble, de acuerdo con lo convenido entre las partes. Esa cantidad, lógicamente, se descontará del precio final de la compraventa.

¿Y si no me conceden la hipoteca, qué pasa con las arras?

Si abonamos las arras después de firmar el contrato y no nos conceden la hipoteca, habremos perdido el importe abonado. Te hemos indicado que el contrato de arras se firma con el fin de asegurar que la compraventa llega a buen término, de modo que al final terminamos por no comprar el piso (porque no nos conceden la hipoteca) estaremos incumpliendo el contrato, aunque no sea a voluntad.

Una manera de evitar este problema es incluir una cláusula expresa en el contrato de compraventa. En esta puede indicarse que si una de las dos partes incumpliera su deber, quedarían exentas del pago de las arras. Lo más prudente es especificar en esa misma cláusula que si al comprador le deniegan la hipoteca, tiene derecho a la devolución de las arras. 

¿Cómo se reclaman las arras?

Podrás reclamar las arras si se ha especificado la cláusula mencionada anteriormente en el contrato. De lo contrario, las habrás perdido. En cualquier caso, existen dos vías para reclamar al vendedor. La primera es la extrajudicial, a través de un burofax que solicite el cumplimiento de contrato. Si no hay ninguna respuesta, también se puede interponer un acto de conciliación, que es un recurso en el que se exige que la cláusula sea ejecutada.

Si ninguna de estas dos vías funciona, nos quedará la judicial. Aquí no queda otra que buscarse un abogado e interponer la demanda.

Así pues, lo más importante de un contrato de arras es estudiarlo a conciencia e incluir aquellas cláusulas que son necesarias, especialmente si no es seguro que te concedan la hipoteca. De este modo, y antes de firmar, tendrás la certeza de que el contenido es completamente legal y de que no te verás perjudicado en ningún caso.