Con una casa antigua podemos heredar una gran cantidad de quebraderos de cabeza. Sin embargo, a nosotros nos gusta verlo como una oportunidad estupenda para hacer nuestra una vivienda con encanto. A veces puede bastar con renovar un poco la decoración sin gastar demasiado, pero la mayoría de veces, las casas antiguas exigen reformas profundas en las instalaciones, los suelos y las paredes. Más teniendo en cuenta que la eficiencia energética ahora es prioritaria.

Los suelos son un elemento al que solemos prestar poca atención, a no ser que se encuentre en unas condiciones desastrosas. Y esto suele ser así en cualquier casa antigua que se precie. Por eso hay que arremangarse para restaurar, limpiar, acondicionar o cambiar por completo. Todo dependerá del estado, las condiciones, los materiales y, por supuesto, de nuestros gustos personales.

Puede suceder que los suelos estén tan deteriorados que sea necesario renovarlos desde cero. En este caso, la inversión será muy superior, pero debes saber que existen soluciones para crear suelos rústicos bonitos. Vamos a proponerte unos cuantos.

Suelos rústicos cerámicos: una solución todoterreno

Son una solución estupenda para aquellas viviendas que quieran ser todoterreno. Los suelos rústicos cerámicos son muy resistentes al desgaste, se limpian fácilmente y ofrecen una versatilidad sin par. Lo que más nos gusta es que quedan bien en cualquier estancia y dan un resultado duradero.

Suelos rústicos de madera: un espacio acogedor

Pocos materiales son tan acogedores como la madera. Proporcionan un aspecto cálido sin par y son una apuesta segura para aquellos hogares en los que se haya optado por la madera en todas las estancias. Puedes elegir madera en cualquier tonalidad e incluso configurar contrastes. Harán de una casa rústica un verdadero hogar. 

Suelos rústicos con baldosas de barro para exteriores

Si estás pensando en una pavimentación típica para los exteriores o para otros espacios más funcionales, aunque sean de exterior, tal vez te vengan a la cabeza los tonos rojizos de las baldosas de barro. ¡Resultan un clásico en cualquier masía que se precie! Son una delicia estética que te llevará a la infancia en la casa de pueblo de tus abuelos. Si puedes preservar las baldosas originales será estupendo, pero si están muy deterioradas, encontrarás fabricantes que siguen manufacturando este tipo de baldosas de barro, que son como las de toda la vida.

Baldosas hidráulicas: una rara avis con mucho encanto

Si encuentras baldosas o mosaicos hidráulicos en tu casa rústica, tu deber será protegerlas. Como lo lees. Son una rara avis, porque en muchas reformas de hace décadas, fueron retiradas como si no tuvieran importancia alguna. Por eso es tan importante preservarlas. En tu droguería de confianza puedes encontrar productos específicos para proteger este tipo de suelos, con instrucciones paso a paso. Aunque si no te atreves, puedes contactar con un profesional. El proceso es lento y exige esfuerzo y dedicación. Sin embargo, el resultado puede merecer mucho la pena.

Otras opciones de suelos rústicos muy modernos

Como te indicábamos al principio, no siempre se puede preservar o restaurar el suelo rústicos que la casa tenía en origen. A veces hay que renovarlo por completo y existen muchas soluciones interesantes. Como por ejemplo, el suelo de cemento pulido. Es una opción estupenda, no demasiado cara, que encaja absolutamente bien con aquella decoración rústica que quieras incorporar y por supuesto con textiles, como por ejemplo alfombras, ideales para el salón.

¿Te han gustado estos suelos rústicos? Como habrás visto, todas las opciones son propuestas que encajan a la perfección con aquella decoración rústica que quieras incluir. Algunas pueden ofrecer más libertad (como el cemento pulido) y otras son más condicionantes (como la baldosa hidráulica). Sin embargo, verás que todas las opciones aportan a una casa antigua un toque absolutamente encantador.